Un familiar del concejal de Hacienda consigue la concesión en un proceso poco claro
Subirá la factura del agua en poco tiempo como consecuencia de la privatización
del servicio
En uno o dos años, los vecinos de Galapagar tendremos que pagar más por el agua que
consumimos como consecuencia de la privatización de este servicio llevada a cabo por
el Ayuntamiento el pasado mes de octubre. El grupo municipal del PP y la empresa
concesionaria Stlima, propiedad de Miguel Arias, tío del concejal de Hacienda,
Fernando Arias, se han encargado de introducir una cláusula de “cuotas
complementarias” que contempla que los vecinos deberán pagar las obras de
infraestructura que hubiera que hacer, por ejemplo en una calle, para garantizar el
suministro.
Esta privatización ha pasado casi desapercibida por la ciudadanía a pesar de que afecta
al suministro de un bien esencial y necesario como es el agua. “Todavía la gente no
percibe cómo le va a afectar esta decisión política porque aún o no han notado las
consecuencias en el recibo mensual”, explicaban los miembros de la Plataforma contra
la Privatización del Canal de Isabel II durante la celebración de una charla el pasado 13
de febrero en el Centro Social Autogestionado Ítaca.
Durante el acto, Enrique Ortega, miembro de esta Plataforma, expuso cuál es la
estrategia seguida por todos los municipios que han privatizado el suministro del agua
en sus términos municipales. “Primero se deteriora el servicio, después se alega que el
municipio no tiene los recursos humanos ni económicos necesarios para atender al
mantenimiento de las infraestructuras y que hay que hacer inversiones urgentes que los
ayuntamientos no pueden asumir. Una vez planteado este patrón se privatiza el
suministro del agua”. Los municipios reciben a cambio el dinero de la “venta” de este
servicio que genera grandes beneficios a las empresas adjudicatarias.
Enrique Ortega, uno de los coautores del libro “Más claro agua. El plan de saqueo del
Canal de Isabel II”, que ha publicado esta entidad junto con la Marea Azul,
ejemplificaba este procedimiento con los cientos de casos iguales que se han dado en
Europa y Sudamérica, donde empresas como Canal de Isabel II han conseguido
concesiones del suministro de este bien esencial.
El culebrón de la adjudicación en Galapagar
Éste ha sido el proceso que, tal y como era de esperar, ha seguido el equipo de gobierno
de Galapagar. En 2011 comienzan las justificaciones del Ejecutivo, que alegaba la falta
de recursos económicos y técnicos para atender el mantenimiento de una red que en
muchas urbanizaciones tiene una antigüedad de 30 años y presenta numerosas pérdidas
y deficiencias que provocaban cortes de agua. En octubre de 2014 consigue finalmente
la privatización con los únicos votos del PP en sesión plenaria. El concejal de IU en la
oposición, Juan Petrel, recordaba los entresijos de este proceso en Galapagar. “Hubo
una primera convocatoria a la que se presentaron las empresas Aqualia, Pacsa, Recabsa
y Stlima. Quedó desierta, ya que las dos primeras multinacionales especializadas en este
tipo de servicios fueron rechazadas por el arquitecto municipal alegando falta de
documentación y las dos segundas compañías fueron consideradas inviables por el
interventor”. El concejal de IU recuerda que además se daba la circunstancia que ambas
empresas pertenecían al mismo grupo empresarial y eso va contra la ley”. Más tarde, en
julio de 2014 se convoca un nuevo concurso a la baja en el que entra a competir otra
multinacional OHL con las mismas empresas de la primera instancia, que se vuelven a
presentar
En Octubre, aprovechando que tanto el secretario del Ayuntamiento como el Interventor
están de vacaciones y sus puestos están ocupados temporalmente por otros profesionales
nombrados por el Ministerio, la Comisión de Contratación se decanta por Stlima. La
concesión de la “gestión de Servicios Públicos para la actividad integral del Ciclo del
Agua” se aprueba finalmente en sesión plenaria únicamente con los votos del PP, que
tiene la mayoría absoluta y en cuya votación está presente, defendiendo la concesión a
Stlima, el sobrino del propietario de la empresa, el concejal Fernando Arias. La
adjudicación se hace por 11 millones de euros más 6 millones de inversión a 35 años.
“Galapagar pierde con esta opción los 90.000 euros que pagaba de más Pacsa por el
canon en la primera convocatoria”,
El suministro de un bien esencial
Según el contrato, la empresa adjudicataria se hará cargo del suministro, alcantarillado y
tratamiento del agua, vigilará y adecuará las redes reparando o sustituyendo los
elementos deteriorados y contempla una inversión privada de 6 millones de euros para
renovar la red de agua de Galapagar y unos ingresos corrientes para las arcas
municipales de 11 millones de euros.
“En unos pocos años, cinco como máximo, se verán los resultados del ahorro en los
sueldos de los trabajadores, que acaban siendo subcontratados, y en el ahorro también
para la empresa en la falta de inversiones para mantener las infraestructuras, que poco a
poco irán deteriorándose”, pronostican Susana Gil y Pedro López basándose en las
experiencias y en los casos que han estudiado y recogido en el libro publicado por la
Plataforma contra la privación del Canal y por la Marea Azul. “Transcurrido este tiempo
la inversión necesaria para garantizar el suministro del agua con unos niveles de calidad
requerirán una inversión millonaria que acabarán teniendo que asumir los vecinos de los
municipios”.
Este proceso no es irreversible tal y como demuestran cientos de experiencias
remunicipalizadoras en Francia y otros países, incluso en municipios madrileños como
Rascafría donde, gracias a la presión vecinal, se ha conseguido revertir el proceso.
“Galapagar tiene una oportunidad en las próximas elecciones municipales para paralizar
y revertir la privatización, pero para eso es necesario cambiar la composición del
Ayuntamiento y dar paso a partidos o grupos que estén por la gestión pública de los
servicios básicos”, apostillaba Enrique Ortega.
Muchos vecinos de
Galapagar han oído hablar de un local llamado Ítaca, muchos incluso han
participado en alguna de sus actividades. Algunos pocos saben perfectamente qué
es ese espacio, otros han oído alguna referencia, pero no han tenido la
oportunidad o no se han atrevido a acercarse. Y es que tres años de vida ya dan
para muchos momentos y muchas experiencias compartidas entre gentes y vecinos
de diferente pelaje, ideas, edades e intereses.
Hace tres años que
nació en Galapagar el Centro Social Autogestionado ÍTACA, y lo hizo como
secuela de una acción reivindicativa, la liberación del anterior centro de
salud por parte de un grupo de vecinas y vecinos que denunciaban el abandono de
ese edificio público con la intención de derribarlo y la falta de espacios
públicos abiertos y gratuitos para las necesidades e iniciativas ciudadanas.
Tras esa experiencia
surge la necesidad entre algunas personas interesadas en la dinámica social de Galapagar
de poner en común toda la sensibilidad, creatividad, participación,
solidaridad… y lanzar actividades estimulando el tejido creativo y
participativo para mejorar el bienestar individual y colectivo de nuestro
pueblo.
Era evidente que en
Galapagar faltaban espacios públicos de reunión y realización de actividades
sociales para la población y el Ayuntamiento no habilitaba ni facilitaba los espacios
disponibles, llegando, incluso, a obstaculizar el uso de la calle... La
realidad se acaba imponiendo y las diferentes asociaciones y grupos se reúnen
con dificultad en la calle o en casas. Nada les detiene. Siguen adelante y
crean el C.S.A. ÍTACA.
¿Qué ES C.S.A. Ítaca? Es
un espacio abrigado pero abierto al público de convergencia y divergencia consensuada,
pacifica y libre, en el que los vecinos de Galapagar y allegados pueden
reunirse, recibir y ofrecer actividades gratuitas para la formación y el
disfrute del pueblo.
¿Qué NO ES C.S.A. Ítaca? Ítaca
no es un partido político, ni la sede social de ningún partido o asociación en
concreto, pero sí es un espacio, plataforma o punto de
encuentro donde se debate de política, de necesidades, de propuestas ciudadanas
para mejorar nuestro entorno y de todos los temas que se puedan entender como
bien de interés común o del entorno.
¿Para qué C.S.A. Ítaca? Para
crear una red social y un espacio dentro de Galapagar para la participación y el
encuentro.
¿Cómo funciona C.S.A. Ítaca? A
través de la autogestión entre personas y colectivos que de forma democrática acuerdan
compartir actividades que se proponen en asamblea:
En Ítaca nos sentimos satisfechos con la tarea realizada en
estos tres años, orgullosos por
tener a nuestro lado a todos los voluntarios que llevan a cabo el proyecto de
apoyo escolar para niños y niñas sin recursos; por contar con la gente del
programa Sonrisas y sus muchachos; muy agradecidos
a todas esas terapeutas (así en femenino porque son mayoritariamente mujeres)
que se preocupan por mejorar nuestro bienestar corporal, emocional y hasta
espiritual; encantados con todos los
peleones y peleonas incansables que se siguen reuniendo para debatir y luchar
por un mundo mejor y más justo; ilusionados
y obligados con la gente solidaria
que nos ha elegido como compañeros, cómplices y amigos. Queremos agradecer a
todas aquellas personas que han compartido su saber en forma de taller (de
cocina, de cestos, de fotografía, de pequeñas reparaciones, de repostería, de
esencias florales y… tanto otros). Gracias a todos por elegir este pequeño
espacio de libertad, compromiso y encuentros. Son muchas las tareas que todavía
tenemos pendientes, muchas las batallas por librar y más aún los ideales que
alcanzar .